30/1/2008 Edición Impresa HALLAZGO HISTÓRICO|LOS TESTIMONIOS

Los niños retratados por Capa en la Barcelona del 39 salen a la luz

  • Xavier Camps, de 84 años, es el chaval encaramado a la carlinga de un avión en los Jardinets de Gràcia
  • «Yo jamás me subí. Me daba demasiado respeto y no me parecía correcto», recuerda Josep Maria Oller
Xavier Camps, el niño de la foto de la Barcelona en guerra de Robert Capa hallada en México, se reconoció en EL PERIÓDICO, según contó ayer a TV-3. Ahora tiene 84 años. Foto: ROBERT CAPA / COPYRIGHT: CORNELL CAPA / MAGNUM PHOTOS
Xavier Camps, el niño de la foto de la Barcelona en guerra de Robert Capa hallada en México, se reconoció en EL PERIÓDICO, según contó ayer a TV-3. Ahora tiene 84 años. Foto: ROBERT CAPA / COPYRIGHT: CORNELL CAPA / MAGNUM PHOTOS

GEMMA TRAMULLAS
BARCELONA

No se equivoca Trisha Ziff al afirmar que «las fotografías de Capa rescatan el pasado». EL PERIÓDICO DE CATALUNYA propuso localizar a los posibles personajes que captó el reportero en la guerra civil y que han sido rescatados tras el hallazgo en México de tres maletines con 3.000 imágenes que se daban por perdidas y que hoy ya están preservadas en el Centro Internacional de Fotografía de Nueva York. Decenas de barceloneses, hoy ya octagenarios, han recordado la ciudad que vivieron hace 69 años.

Algunos niños retratados por Robert Capa en la Barcelona del invierno de 1939 se han reconocido en las fotografías publicadas en EL PERIÓDICO desde el pasado fin de semana. El reclamo de este diario en busca de los protagonistas de aquel día de enero en que se exhibían los restos de un bombardero en los Jardinets de Gràcia sacudió la memoria de la ciudad. Xavier Camps, de 84 años, es el chaval repeinado subido en la carlinga del avión. Ayer, puso el broche al Telenotícies nit de TV-3 reconociéndose en la portada de nuestro diario del lunes. Las imágenes fueron como un viaje en el tiempo para aquellos barceloneses que sobrevivieron a la guerra civil y la posguerra hasta vivir para contarlo en este 2008.
No se equivocó Xavier Camps, vecino de Gràcia de 84 años. Apareció ayer noche en TV-3 explicando su sorpresa al verse en la portada de EL PERIÓDICO el lunes, en una fotografía inédita de Robert Capa. En él se le veía de niño, subido a la cabina de un bombardero alemán derribado que se exhibía en los Jardinets de Gràcia en enero de 1939. «Este soy yo, ¿no crees, Robert?» le preguntó, sin dar crédito a sus ojos, al propietario de Cal Robert, restaurante del barrio al que suele ir a comer.
«Recuerdo este avión. Hicieron mucha propaganda y mucha gente fue a verlo». No ha olvidado qué miraba desde lo alto. «Estaba fijándome en cuándo iba a salir el que estaba dentro para poder entrar yo. Eso hacíamos», recordó ayer ante las cámaras paseando por el lugar de los hechos 69 años después de que Capa captara con su cámara la expectación de aquel día, dos semanas antes de la caída de Barcelona.

OTRO RECUERDO
Josep Maria Oller guarda un recuerdo muy nítido. «Fue antes de que entraran los nacionales y yo tenía 13 años –cuenta–. Mi padre era oficial de ceremonias del ayuntamiento y enseguida nos enteramos de que las autoridades habían trasladado un avión hasta los Jardinets de Gràcia. Consideraban que eso incrementaría el espíritu de la resistencia porque era un aparato alemán». Oller no recuerda a los niños jugando sobre los restos del avión. «Yo jamás me subí. Me daba demasiado respeto y no me parecía correcto. Lo vi una vez y ya nunca volví». Un año antes, su familia había perdido la casa durante un bombardeo.
Para los más pequeños, en cambio, aquel avión era una aventura, un juego. Este era el caso de Jordi Puig, que apenas había cumplido 10 años. «Antes no era como ahora, los niños nos pasábamos muchas horas en la calle y con tres o cuatro amigos nos acercamos varias a veces a ver el avión. Subimos encima del ala, como los niños que aparecen en la fotografía». Su padre trabajaba de escolta en la Generalitat y la familia vivía en la Travessera de Gràcia. «Nunca vi a nadie haciendo fotos, no me fijé. Éramos niños y para nosotros era como una aventura».

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